Portadas que hicieron historia… Abbey Road El 8 de agosto de 1969, los Beatles quedaron inmortalizados sobre el paso de peatones de la londinense calle Abbey Road, situada en el barrio de St John’s Wood (norte de Londres), en la célebre e imitadísima instantánea, todo un icono de la historia del pop. Hace más de cuarenta años, John Lennon, Ringo Starr, Paul McCartney y George Harrison acudieron a los estudios de EMI en Abbey Road para trabajar en el que sería su último álbum como conjunto. El disco iba a llevar por título “Everest”, en honor a la marca de cigarrillos favorita de Goeff Emerik, ingeniero de sonido de los Beatles, aunque la idea de cubrir la portada con el Himalaya desalentó a Lennon y compañía. Según Brian Southall, autor de un libro sobre la historia de los estudios de EMI, “hay un dibujo que Paul McCartney hizo de cuatro hombrecillos raros cruzando un paso de cebra”, lo que “dio una buena idea” a la banda. Durante una pausa para la comida, los cuatro músicos salieron aquel 8 de agosto a la calle en compañía del fotógrafo Iain Macmillan -que conoció a los Beatles a través de la artista Yoko Ono, viuda de Lennon- y se plantaron en el paso de cebra pintado frente a los estudios de EMI. “Le dieron (a MacMillan) unos quince minutos. Se subió a una escalera mientras un policía retenía el tráfico. La banda caminó adelante y atrás varias veces y eso fue todo“, relató Southall, amigo del fotógrafo, fallecido en 2006, a la cadena pública BBC. La foto muestra a Lennon, Starr, McCartney y Harrison cruzando en fila india el paso de cebra, en una luminosa calle donde resalta un Volkswagen “Escarabajo” de color blanco aparcado a la izquierda. La decisión final de usar la curiosa foto como portada del disco, corrió a cargo de John Kosh, director creativo de los estudios de EMI, quien creyó innecesario incluir el nombre del grupo en la carátula porque, no en vano, “eran la banda más famosa del mundo”. Curiosidades Abbey Road era una calle con bastante tráfico, y por ello tan solo se pudieron sacar en un tiempo limitado 6 fotos de las que tenía que salir la portada del disco. El Volkswagen Escarabajo que aparecía en la foto solía estar aparcado en ese sitio muy a menudo, y era propiedad de alguien que vivía en los pisos de al lado del estudio. Después de aparecer el coche meses más tarde en la portada del álbum, su matrícula (LMW 281F) sería objeto de numerosos robos por parte de los fanes. En 1986, el coche fue vendido en subasta por 2.530 libras esterlinas, y en 2001, fue mostrado en un museo de Alemania. El hombre parado en la acera, a la derecha de la imagen, es Paul Cole, un turista estadounidense que no se había percatado que había sido fotografiado hasta verse en el álbum meses después. “Abbey Road”, que contiene clásicos como “Come together” y “Here comes the sun”, se publicó el 26 de septiembre de 1969 y, a juicio de la revista musical “Rolling Stone”, representa uno de los catorce mejores discos de todos los tiempos. Con los años, el paso de cebra se ha tornado en una popular atracción turística en la que se detienen los visitantes para seguir los pasos del conjunto de Liverpool y -cómo no- hacerse la oportuna foto. MacMillan parodió su propia portada 1993. McCartney y MacMillan volvieron a visitar el paso de cebra de Abbey Road para tomar unas fotografías de Paul McCartney con su perro pastor, que se convirtió en la portada de un CD llamado, muy apropiadamente, “Paul Is Live” (Paul está vivo). La portada de Abbey Road se equiparó a la del Sgt. Pepper’s Lonely Hearts Club Band en el número de veces que ha sido imitada, aunque su elaboración fue esencialmente fruto de la improvisación. Los trajes con los que salían los Beatles en la foto del disco era los típicos que solían usar por aquella época los cuatro cantantes. McCartney, que vivía bastante cerca de los estudios de grabación, había llegado ese mismo día de la foto con sandalias al trabajo, y, de hecho, en algunas de las otras fotos tomadas ese día se le podía ver caminando llevándolas consigo puestas. Tommy Nutter se encargó en el vestuario de tres integrantes de la banda, salvo George Harrison que fue fotografiado con su traje jean. La contraportada del LP mostraba la placa con el nombre de la calle donde se habían realizado las fotografías, y que llegaría a desaparecer con el tiempo de aquel lugar en la muralla. La palabra «Beatles» se añadió posteriormente a una foto de otra placa tomada también por Ian McMillan, y con la cual se hizo después el fotomontaje de la contraportada, quedando asimismo en ella la figura borrosa de una joven que pasaba delante del objetivo de la cámara del fotógrafo en el momento de tomar éste la foto. La imagen de los Beatles en el paso cebra lo ha convertido en uno de los más famosos e imitados en la historia musical. El paso cebra es un destino popular para los fans de los Beatles, y allí se ha incorporado una cámara web. En diciembre de 2010, el lugar recibió el grado Monumento Clasificado por su «importancia cultural e histórica», los estudios Abbey Road también recibieron una categoría similar a inicios del año. Leyenda La portada del álbum contribuyó de forma especial a la leyenda urbana de que Paul estaba en realidad muerto. Se basaba en la manera en que aparecían los Beatles en la portada: cruzando el paso cebra de la calle en fila india, como escenificando un cortejo fúnebre. John Lennon iba vestido de blanco: era el predicador o sacerdote; Ringo iba de luto, era el amigo del difunto. George Harrison, a su vez, iba vestido con ropa vaquera e informal: era el enterrador. Paul era el único de los cuatro que iba descalzo, caminando con los ojos cerrados. En muchas culturas orientales, los difuntos eran quemados descalzos. Además, su paso estaba descoordinado respecto al resto de los Beatles, como si no perteneciera a la procesión. Por último, el coche negro estacionado a la derecha, en segundo plano, parecía un coche fúnebre o un coche de policía, la cual tuvo el sigilo adecuado para no revelar la supuesta muerte del músico, y el número 281F de la matrícula del Volkswagen Escarabajo aparcado a la izquierda, fue interpretado como 28 años («28 IF») que tendría Paul si el artista aún siguiera vivo. 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