¿Qué es la Improvisación?

Hablar de improvisación a la “ligera”,
implica una concepción poco aplicada a la esfera del arte…

Muchas veces nos apresuramos en objetivar que la Improvisación es burda, pues bien; a partir de este supuesto, quien improvisa no ha cumplido con los deberes y por ello, buscará a través de esta acción; salir del paso o allanar el camino a fin de buscarse afanoso un final feliz.

Sin embargo; nos debemos un alto en el camino… Observar e internalizar el concepto que nos trasciende desde la concepción misma del ser humano, la comunicación.

Por naturaleza; somos grandes improvisadores de nuestras vidas.

La acción de hablar o comunicarnos con otras personas es un acto improvisatorio; yace en el encuentro casual donde indagar, relacionarse, preocuparse y crear empatía; nos lleva a improvisar preguntas y respuestas a través del sentido espacial, corpóreo y lingüístico con afán del interés o no, generado a través de este encuentro. Tal vez; este sea un ejemplo poco grandilocuente, creo que inevitablemente nos invita a reflexionar, en tanto; la improvisación como parte inherente de nuestras vidas y como herramienta de comunicación, tras la organización espontánea de las ideas y exposición de las mismas.

Ahora bien; partamos de la acepción académica del verbo Improvisar:

Hacer una cosa que no estaba prevista o preparada, llevado de la intuición del momento”

(Dicc. Lengua Española 2007)

 

Seguidamente; polaricemos el término de acción en virtud positiva del arte:

“La Improvisación; acción sublime cuasi irrepetible, que busca como objeto a su fin y de manera espontánea… transmitir o comunicar una idea, concepto; desandar sentimientos vívidos que se conjugan inexorablemente entre la imaginación y la aplicación ecuánime de recursos, tras el dominio de la disciplina cultivada a solaz; en un perfecto control de entre las ideas y la consumación de lo transmitido…”

Finalmente; adentrémonos en la Música y la Improvisación…
Partiendo de la base empírica; de que la Improvisación Musical es un lenguaje propio de la inteligencia musical. Nos avocamos a su justa dinámica constructiva, que como bien se dice sublima el alma.

“Describir la Improvisación musical, a priori; es como intentar impresionar o presentar un sentimiento y, a través de él; hacer confesar la más oculta e intrincada fibra del ser humano.”

Cuando nos aproximamos a la música por primera vez; nuestros oídos perciben frecuencias que generan sensaciones inequívocamente musicales e inmediatamente nos encontramos imitando esos sonidos, tamborileando algún objeto con ritmo o cantando. Si avanzamos en la formación musical; estaremos aprendiendo códigos, claves y descifrándolas conforme sea nuestra instrucción. Elementos tales como notas, acordes, escalas y otras construcciones dispositivas del saber acerca de la música, irán tomando sentido en la construcción del lenguaje musical… Gradualmente; hemos incorporado elementos que nos provee de cierta capacidad para entender, descifrar e imitar este lenguaje.

Empero; la naturaleza del hombre en cuanto a la apreciación musical y la forma, muchas veces confronta con ir más allá e indagar nuevos espacios discursivos, empleando el cúmulo de saberes en una preponderante organización de las ideas, recursos instrumentales, lenguaje estilístico, imaginación, concentración , sentimiento, sensibilidad…

Es por eso que la Improvisación; a partir de este postulado es pieza musical que se ejecuta o se oye por única vez; obligando al improvisador a valerse de un marco organizador que posibilite al espectador captar la obra en un acto único. Este marco; muchas veces, se dispone según el etnocentrismo del grupo o civilización al cual se circunscribe la obra musical. Aunque también; podríamos hablar en este caso de Imperativos; tales como el improvisador utiliza un lenguaje conocido en mayor o en menor medida por su público y aunque este se encuentre libre de perseguir su propio estilo, es común que se cuide de no desconcertar en demasía a su público. De allí; la salvedad en cuanto a la música escrita, hoy camino hallando por la tecnología que nos permite re-editar la obra mediante el empleo de máquinas (un tema por debatir).

En África y Asia la improvisación ha sido la cuna de su música; en Europa, primó en la antigüedad y en la era Cristina. En la Edad Media, el Canto Gregoriano partía de las imprecisiones de los Neumas (cada uno de los signos de la antigua notación musical para el canto llano, usados a partir de S.IX; tenían diversas formas según el ritmo y la altura de los sonidos y a partir de ellos se formaron las notas musicales tal como las conocemos hoy en día.- Dicc.Lengua Española 2007)

Pero no en vano; el perfeccionamiento de la escritura musical y la propagación de la música polifónica a través de obras escritas, no han causado mella en el arte de improvisar. Hechos significantes; en la historia de la música, nos hablan de la gran admiración que causaban las improvisaciones de Beethoven, Bach, Mozart, entre otros y la música popular o música no escrita.

 

Es así; que arribamos a principios del Siglo pasado con un nuevo arte cimentado en la improvisación; “el JAZZ”.

Este estilo musical siembra su impronta en diversos estilos – géneros; que vendrían después y que inquebrantables al espíritu de libertad magnificado en la Música Popular Contemporánea, nos invita al desafío de la improvisación como expresión de libertad, de solidaridad, de integración y en una constante búsqueda de la fibra más íntima del Ser Humano…

 

 

 

“La Improvisación; acción sublime cuasi irrepetible, que busca como objeto a su fin y demanera espontánea… transmitir o comunicar una idea, concepto; desandar sentimientos vívidos que se conjugan inexorablemente entre la imaginación y la aplicación ecuánime de recursos, tras el dominio de la disciplina cultivada a solaz; en un perfecto control de entre las ideas y la consumación de lo transmitido…”

Carlos A. Negrini

carlos75can@hotmail.com

Resistencia – Chaco , República Argentina

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