Laboratorio artístico … experimentemos

Materiales:

Concentración.
Imaginación.
Creatividad.
Innovación.

Por Julián Andrés Belmonte Ortiz

Bogotá, Colombia –En cierta ocasión, un maestro me dijo que la poesía era un hecho estético, al igual que la música, continuando así, afirmando que donde no hay una poética, no hay arte.
Partiendo de una verdad inmensa, el arte en general tiene un objetivo clave: sensibilizar.
La música encierra un gran número de saberes, se considera una forma de pensar y de vivir, el artista lleva dentro de sí una realidad diferente, donde puede ver todo aquello que otras personas no ven.
Las siguientes, son algunas frases enfocadas a la poesía, sin embargo, en este laboratorio artístico, haremos el experimento de aplicar estos principios poéticos a la música. Veamos lo mucho que podemos lograr, llevando a cabo estas técnicas:

Lo fundamental de la inspiración es la imagen:

Partiendo de una imagen o fotografía, el músico puede experimentar sonoramente creando una composición de acuerdo a lo que dicha imagen le inspire, este ejercicio puede aplicarse de igual manera en la improvisación. Las ideas que surgen son realmente asombrosas, el músico adquiere mayor creatividad e imaginación mediante el uso de la imagen.

Reforzar búsquedas de tipo individual:

El hacer caso a la intuición y la apreciación musical que como músicos poseemos internamente, es brindar a nuestra mente la libertad de expresión. Una sustentación teórica correcta de nuestras concepciones musicales internas e individuales, nos otorga mayor seguridad y argumentación. La búsqueda de tipo individual es un excelente hábito, se resume en que el músico hable del arte y que el arte hable del músico.

Desarrollar instintos:

En este punto, el músico debe adquirir conciencia en cuanto a su percepción de la música, buscar relacionarla con su entorno cultural y social, al hacer esto, el músico logrará relacionarse con géneros que le parecen lejanos y por consiguiente, conocerá nuevas culturas y formas de vida. Como músicos debemos ver más allá de nuestras melodías y recordar que todo, absolutamente todo, se constituye para nosotros como: Inspiración.

Aprender a borrar:

Consiste básicamente en procurar que nuestra música sea cada vez mejor. Revisar nuestras composiciones y arreglos musicales e intentar complementarlos haciendo uso de elementos como la imagen o con una búsqueda de tipo individual o simplemente eliminando elementos que consideremos no muy necesarios, es decir: BORRANDO.

Relacionarse con el sentido de la metáfora.

La metáfora está sumamente relacionada con la poesía, llevarla a nuestra música es una tarea sumamente interesante. En la metáfora hacemos referencia poética a esa característica que queremos resaltar y decimos lo mismo pero de forma más bella.
Un ejemplo muy común de metáfora: “tus cabellos son de oro”, se refiere a los cabellos de una mujer que son rubios.
La tarea ahora para el músico será reflejar cabellos de oro y no solamente cabellos rubios.
El uso de la metáfora nos otorga imaginación, una visión más profunda del arte y nos abre paso a realidades fantásticas.

Universo de ideas:

En el año 1925, los surrealistas implementaban una técnica denominada Cadáver Exquisito, ésta técnica consistía en ensamblar de manera colectiva, un conjunto de palabras o imágenes.
El cadáver exquisito se juega entre un grupo de personas que escriben o dibujan una composición en secuencia. Cada persona sólo puede ver el final de lo que escribió el jugador anterior.
Al final, se lee por completo los resultados obtenidos, la sorpresa es realmente grande, un universo de ideas que plasmadas en la música pueden establecer grandes composiciones e ideas sonoras.

El papel de un artista es convertirse en un traductor de sí mismo:

Independientemente de que el músico interprete obras inéditas o de otros compositores, hay algo que siempre será cierto, y es que el músico siempre estará traduciéndose así mismo al transmitir la música. Cuando tocamos una melodía estamos siendo traductores de nosotros mismos. Consiste simplemente no en lo que se toca sino como se toca, algo muy ligado a lo que conocemos como estilo.

Traducción de sí mismo a partir de otros seres:

Un ejercicio que realizan los actores, es la personificación de animales, con el fin de buscar diferentes conductas y comportamientos. De esto se desprende la idea de que cada uno de nosotros se identifica con algún animal debido a nuestras conductas y formas de actuar. Tomar estos elementos, puede llevarnos a adentrarnos en otras sensaciones, a personificar, a ser nosotros mismos y entender nuestro entorno.

Los libros, escritos y demás fuentes de información, se convierten en un cementerio de ideas:

El solo hecho de escuchar una frase, una reflexión o un pensamiento cargado de sabiduría, nos llena de una gran emoción. Tenemos una fuente de ideas impresionante a nuestra disposición (libros, periódicos, fotografías etc.), ideas que debemos sacar de un cementerio y llevarlas a la vida.

Buscar la belleza donde aparentemente no la hay, un verdadero reto:

Todo aquello que vemos a nuestro alrededor está lleno de magia y arte, no existe ningún elemento tanto de la naturaleza como a nivel general, que no tenga significancia. Aquellas cosas que consideramos como poco inspiradoras, son muchas veces las que cargan más sorpresas.

Poseer una inspiración tanto visual como no visual, escudriñar en el arte las diferentes maneras en que nos podemos desenvolver musicalmente resulta una actividad muy enriquecedora. Puede que en nuestro laboratorio musical ocurra alguna explosión o que las reacciones acústicas sean o no sean muy favorables, lo importante es siempre CREAR, ser autores de nuevos mundos poseedores de miles de sensaciones.

El siguiente video es un claro ejemplo de la relación que existe entre la música y la imagen, el uso de elementos de la poesía en nuestro mundo sonoro:

¡Nunca olvidemos que solo se ve con los ojos bien abiertos!

 

 

Julián Andrés Belmonte

Bogotá, Colombia.

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