El aprendizaje musical: sus efectos en el cerebro y el comportamiento humano Aunque los diferentes estudios científicos que tratan sobre los efectos del estudio de la música en el desarrollo de las habilidades en el ser humano continúan, y no han determinado todos los alcances que tienen en él, existen algunas conclusiones muy importantes en la materia que algunas veces han sido mal interpretadas dando paso a numerosos mitos sobre el tema. Uno de éstos mitos consiste en la idea de que estudiar música en la infancia ayuda a fortalecer el cerebro y a subir puntos en el coeficiente intelectual de los niños, lo cual es falso. Si bien se ha considerado que las clases de música son estimulantes para el desarrollo de ciertas habilidades, al día de hoy no existe información que concluya que este aprendizaje influya para hacer más inteligentes a los seres humanos. Así lo asegura el psicólogo Glenn Schellenberg de la Universidad de Toronto, Canadá explicando que existen ciertos rasgos como la tendencia a ser “más consiente y abierto a nuevas experiencias” que comparten niños con alto coeficiente intelectual y niños músicos, la cual sin embargo no tiene relación alguna con haber tenido una experiencia musical. Estas habilidades de conciencia y apertura son propias de algunas personas desde su nacimiento y posterior desarrollo, y no necesariamente aparecieron al haber aprendido a ejecutar un instrumento. Ahora bien, basándonos en esta afirmación deberíamos preguntarnos ¿Cuáles son entonces algunas de las habilidades que el estudio de la música puede ayudarnos a desarrollar? Entre las habilidades de ejecutar música diariamente está la de mantener a las neuronas en forma y constante conversación, lo que equivale a llevar a cabo “actualizaciones del sistema operativo del cerebro”. Este efecto se considera irreversible en la operación del cerebro. Otro hallazgo trascendental fue realizado por la Universidad de Northwestern en Estados Unidos, las personas que han aprendido en algún momento de su vida a ejecutar algún instrumento o han recibido entrenamiento para ello, logran retrasar el envejecimiento de su cerebro así como la aparición del fenómeno denominado “dilación cerebral”, el cual consiste en que el cerebro tarda más de lo normal en recibir la información y procesar los datos captados por medio del oído. Al revisar los resultados de este estudio, el profesor Don Caspary, especialista en biología del envejecimiento de la Universidad del Sur de Illinois aseguró que el entrenamiento consecutivo de una habilidad como el escuchar puede frenar decididamente los daños que provoca el envejecimiento. Por otra parte, algunos otros estudios como los del neuro científico, psicólogo, sociólogo y músico Stefan Koelsch han aportado que durante el crecimiento de los seres humanos el estimular con lenguaje musical a los niños genera que aprenden más rápido los procesos del lenguaje, los matices, la sintaxis y la habilidad de escuchar. Con respecto a los géneros musicales, existen interesantes resultados de investigaciones científicas que nos dan una idea del impacto que tiene la música en nuestro cerebro y emociones. Algunas conclusiones sugieren que el escuchar o ejecutar música clásica ayuda a restablecer las conexiones neuronales ayudándonos a sentir un buen ambiente para desarrollar ideas, estar alertas, mejorar la concentración y optimizar los recursos del lenguaje. Así también, ritmos como la salsa supuestamente descargarían cantidades de dopamina y adrenalina que generan un estado equilibrado de activación y relajamiento. En el caso del rock o el pop liberan cantidades considerables de adrenalina al cerebro provocando un estado de aceleración constante en el individuo, ejecutante o público. Musinetwork Inc, Musinetwork News