La música y los Derechos Humanos

Las violaciones a los Derecho Humanos son acontecimientos que desafortunadamente ocurren día a día en todas partes del mundo. Por tal razón, Amnistía Internacional ha llevado a acabo 28 conciertos de rock para recaudar fondos y hacer conciencia. Dichos conciertos fueron realizados entre 1986 Y 1998.
El pasado 5 de noviembre, la organización lanzó un paquete con seis DVD y dos CD, llamado “Released!” en los que incluye cuatro de los shows.

El primero de los videos recuerda “A conspiracy of hope”, el concierto del 25 aniversario de Amnistía Internacional en 1986, con apariciones de artistas como U2, Bryan Adams y Lou Reed.
El segundo muestra los momentos más importantes de “Human rights now!”, tour internacional que abarcó los meses de septiembre y octubre de 1988, y en el que aparecen Bruce Springsteen, Peter Gabriel y Tracy Chapman.
“An embrace of hope”, en octubre de 1990 y con las participaciones de Sting y Sinead O’Connor, tuvo como finalidad mostrar apoyo a Chile tras el final del régimen dictatorial de Augusto Pinochet y es el tercer video del paquete.
Por último, el video de “The struggle continues…” recuerda el concierto conmemorativo de los 50 años de la Declaración Universal de Derechos Humanos, que fue en París en 1998. En este podrás ver a Alanis Morissette, Radiohead, Jimmy Page y, de nuevo, Springsteen.

La duración total de los videos es de más de 12 horas, que incluyen 120 canciones, y cinco horas más de 32 segmentos extra. Los CD contendrán la mejor música de los cuatro conciertos y un libro de 40 páginas.

Hablemos claro. Atte. Spotify

Spotify se ha convertido en el servicio más popular de música en streaming y en recientes días dio conocer que el 70 % de sus ingresos van a parar a las manos de los responsables de la industria discográfica. ¿Será?

Varios famosos y artistas han criticado a este servicio, pues no creen que puedan obtener ganancia alguna de la forma en cómo se distribuye actualmente su música. Thom Yorke y David Byrne fueron algunos músicos que criticaron fuertemente a dicho servicio. Por tal motivo, Spotify decidió aclarar su modelo de negocio y lanzó un sitio web llamado Spotify Artists, aquí explican la función del servicio, cuánto pagan a los artistas e incluso muestra estadísticas de sus canciones.

La página pretende aclarar las dudas acerca de cómo Spotify calcula sus pagos por cada canción escuchada, además de convencerlos de que a medida que la compañía crezca, sus ganancias compensarán la caída en ventas de discos y descargas en sitios como iTunes.

“Con cada cambio de formato en la música –incluidos CD y iTunes– hay mucha confusiónacerca de cómo funcionan esos diferentes modelos, y a menudo un cierto escepticismo. Entendemos eso, por eso queremos ser lo más claros y transparentes posibles al explicar cómo encaja ahí Spotify”, dijo Mark Williamson, director de servicios de artistas al diario The Guardian.

El sitio web, de origen sueco, tiene más de 25 millones de usuarios -de los cuales 6 millones pagan el servicio-, destina alrededor del 70% de sus ingresos a los dueños de derechos de autor de las canciones, quienes son los responsables de pagarles a los músicos.

Lahura OA,

Musinetwork News.

La Musicoterapia en la Discapacidad Psicosocial

El pasado martes 3 de diciembre celebramos el DÍA INTERNACIONAL DE LAS PERSONAS CON DISCAPACIDADES, y bajo este marco, te informamos acerca de cómo la música se ha convertido en un medio para contribuir en el campo de la Discapacidad Psicosocial. Te invito a conocer más de la Musicoterapia.

Al manejo de la música y sus elementos (sonido, ritmo, melodía y armonía) con un paciente individual o en grupo, se le llama Musicoterapia. Este tratamiento es un proceso creado para facilitar y promover la comunicación, mejorar la relaciones personales, el aprendizaje, el movimiento, la expresión, entre otros.
La Musicoterapia tiene una amplia tradición dentro del campo de la salud: en psicosis, autismo, discapacidades intelectuales, psicomotrices, etc. Quienes trabajan en el área de discapacidad psicosocial, donde se ve que a consecuencia de la enfermedad mental se producen efectos discapacitantes (aislamiento, falta de circulación social, disminución de hábitos sociales, etc.), que se traducen en serias dificultades para el lazo social, el sostenimiento de proyectos laborales, educativos, etc., utilizan esta terapia desde una perspectiva de rehabilitación, pero con una mirada puesta en la inclusión y la integración, en el vínculo de los concurrentes con sus familias y su medio.
Este tratamiento musical, invita a trabajar dimensiones del ser escuchado pero también el escuchar a los otros. El reconocer en las elecciones musicales o de materiales (instrumentos) las particularidades propias, gustos, intereses e historias individuales que hablan de la singularidad y de cierta identidad, pero también el reconocer esto mismo en los otros. En ese trabajo de expresión y conexión, muchas veces con emociones peculiares, se ensayan formas de coexistencia y de relación con los otros.
Otra forma de incluir a los pacientes, tiene que ver con la conexión de su identidad con la música. Cuando se recupera la música de su historia, no solo se logra conectar a la persona con una posibilidad de conocer, sino que consigue conocer su identidad, lo que forma parte de su patrimonio personal.

Dentro de esta terapia, el lenguaje cumple una función importante porque no solo cuenta historias (las de la letra de la canción, del contexto socio histórico a la que pertenece), sino que la circulación del material con otros permite reinterpretaciones, apropiaciones, y en ello describe y descubre particularidades que siempre permiten, si pueden ser reconocidas, cambios importantes.

Como podrás darte cuenta, las aportaciones de la Musicoterapia en el campo de la salud son muchas, pero la más importante es que ofrece una alternativa distinta a solo usar palabras, por ejemplo, a que esos niños, jóvenes y adultos puedan decir “algo” de un modo que los represente o construir un espacio de intercambio con otros. En esto juega un papel significativo lo sonoro, pero también algo del cuerpo y el intercambio con el otro; no solo está la música como objeto intermediario, sino la comunicación en un plano no verbal, incluso cuerpo a cuerpo, ofreciendo la posibilidad de un recorrido desde el aislamiento y la limitación, a poder construir un intercambio con los otros.

Lahura OA,

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De la censura a la “evasión” del rock latinoamericano

…al encontrarse abiertos los espacios, los roqueros buscaron expresar y describir cuestiones relativas al entorno que les rodeaba, ya fueran criticas sociales o incluso lenguaje inapropiado o popular. La intención de muchos de los músicos de esta vanguardia conocida como “Rock en tu idioma” era simplemente incomodar a los reticentes y conservadores, así como disfrutar de aquella libertad que por muchos años les había sido negada para hacer y decir su música.

Por Israel Chang

La historia del rock en cualquier país del mundo se ha caracterizado por cuestionar y enfrentar los valores cuidadosamente establecidos por las figuras de autoridad, ya sean sociales, políticas e incluso religiosas. A través de los años se ha formado la creencia de que el rock ha sido un género musical que incomoda y preocupa a aquellos que dirigen y ejercen el poder a cualquier nivel y contexto.

En Latinoamerica, el posicionamiento de este género no ha estado exento de convertirse en un sinónimo de rebeldía en el imaginario colectivo. Remontándonos a los momentos en que las juventudes de diferentes países de habla hispana adoptaron el rock podemos recordar que existía un importante impulso de los medios masivos de comunicación que veían este género como algo distintivo de la cultura norteamericana, dando sensación de sintonía con las últimas tendencias en cuanto a la música.

Sin embargo, el contexto mundial no ayudaría en mucho a la aceptación social de los jóvenes roqueros en estos países, los cuales con sus cabelleras largas recordaban mucho “a las barbas y las melenas de los revolucionarios cubanos…al Che Guevara”; en otras palabras el rock olía a comunismo y a revolución. Las dictaduras militares y las democracias poco desarrolladas sentenciaron que el rock fuera visto como un elemento de preocupación entre la sociedad, como en el caso de México, Argentina, Chile o España, en donde la satanización y la censura fueron denominador común durante las décadas de los sesentas y setentas.

Durante estos años el movimiento del rock en Latinoamérica se mantuvo vigente, ya fuere clandestina o dispersamente, encontrando diferentes espacios y momentos para expresar el reflejo de su realidad inmediata.

Con la caída de estos regímenes y la paulatina apertura hacia la democracia en los años ochenta, el rock latinoamericano encontró cabida en los procesos de reorganización social contando nuevamente con la colaboración de los medios masivos de comunicación. Al encontrarse abiertos los espacios, los roqueros buscaron expresar y describir cuestiones relativas al entorno que les rodeaba, ya fueran criticas sociales o incluso lenguaje inapropiado o popular. La intención de muchos de los músicos de esta vanguardia conocida como “Rock en tu idioma” era simplemente incomodar a los reticentes y conservadores, así como disfrutar de aquella libertad que por muchos años les había sido negada para hacer y decir su música.

A nuestros días, las nuevas generaciones de bandas de rock poseen una amplia libertad de expresión, que ha sido producto de todos aquellos músicos del género anteriores a ellos (así como a muchos otros actores sociales). Sin embargo, las tendencias han cambiado y la temática del rock hispanoamericano ha tomado una nueva vertiente más moderada y menos vinculada a la realidad y sus problemas cotidianos. Letras de amor y desamor son las expresiones recurrentes en el rock actual.

Algunos críticos y periodistas han calificado esta situación como una denominada “evasión” de las bandas de rock para tocar temáticas sobre la realidad social o para cuestionar los valores establecidos. Para muchos de ellos, el rock se ha convertido en un elemento que refleja la apatía de las nuevas generaciones en América Latina. Otras opiniones, encuadran en la percepción de que el movimiento del rock se ha “desvirtuado” o que se encuentra en un estado “decadente”.

Sin embargo, es aquí donde se abre un amplio debate: ¿Es el rock precisamente un foro de discusión de la realidad social? ¿La música expresada en cualquier género debe estar desvinculada de su entorno y obedecer únicamente al interés particular del músico? ¿Es la visión de estos críticos de las nuevas temáticas del rock, purista o excesivamente formalista? ¿El rock deja de serlo al omitir su carácter irreverente y provocativo? ¿Es un desperdicio de las nuevas generaciones de roqueros, el uso que hacen de la libertad de expresión en la actualidad?

Tú, ¿qué opinas al respecto?

Sr. Cobranza, de Bersuit Vergarabat, canción todavía censurada a finales de la década de los 90’s

 

Israel Chang

México

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¿Qué es la Improvisación?

Hablar de improvisación a la “ligera”,
implica una concepción poco aplicada a la esfera del arte…

Muchas veces nos apresuramos en objetivar que la Improvisación es burda, pues bien; a partir de este supuesto, quien improvisa no ha cumplido con los deberes y por ello, buscará a través de esta acción; salir del paso o allanar el camino a fin de buscarse afanoso un final feliz.

Sin embargo; nos debemos un alto en el camino… Observar e internalizar el concepto que nos trasciende desde la concepción misma del ser humano, la comunicación.

Por naturaleza; somos grandes improvisadores de nuestras vidas.

La acción de hablar o comunicarnos con otras personas es un acto improvisatorio; yace en el encuentro casual donde indagar, relacionarse, preocuparse y crear empatía; nos lleva a improvisar preguntas y respuestas a través del sentido espacial, corpóreo y lingüístico con afán del interés o no, generado a través de este encuentro. Tal vez; este sea un ejemplo poco grandilocuente, creo que inevitablemente nos invita a reflexionar, en tanto; la improvisación como parte inherente de nuestras vidas y como herramienta de comunicación, tras la organización espontánea de las ideas y exposición de las mismas.

Ahora bien; partamos de la acepción académica del verbo Improvisar:

Hacer una cosa que no estaba prevista o preparada, llevado de la intuición del momento”

(Dicc. Lengua Española 2007)

 

Seguidamente; polaricemos el término de acción en virtud positiva del arte:

“La Improvisación; acción sublime cuasi irrepetible, que busca como objeto a su fin y de manera espontánea… transmitir o comunicar una idea, concepto; desandar sentimientos vívidos que se conjugan inexorablemente entre la imaginación y la aplicación ecuánime de recursos, tras el dominio de la disciplina cultivada a solaz; en un perfecto control de entre las ideas y la consumación de lo transmitido…”

Finalmente; adentrémonos en la Música y la Improvisación…
Partiendo de la base empírica; de que la Improvisación Musical es un lenguaje propio de la inteligencia musical. Nos avocamos a su justa dinámica constructiva, que como bien se dice sublima el alma.

“Describir la Improvisación musical, a priori; es como intentar impresionar o presentar un sentimiento y, a través de él; hacer confesar la más oculta e intrincada fibra del ser humano.”

Cuando nos aproximamos a la música por primera vez; nuestros oídos perciben frecuencias que generan sensaciones inequívocamente musicales e inmediatamente nos encontramos imitando esos sonidos, tamborileando algún objeto con ritmo o cantando. Si avanzamos en la formación musical; estaremos aprendiendo códigos, claves y descifrándolas conforme sea nuestra instrucción. Elementos tales como notas, acordes, escalas y otras construcciones dispositivas del saber acerca de la música, irán tomando sentido en la construcción del lenguaje musical… Gradualmente; hemos incorporado elementos que nos provee de cierta capacidad para entender, descifrar e imitar este lenguaje.

Empero; la naturaleza del hombre en cuanto a la apreciación musical y la forma, muchas veces confronta con ir más allá e indagar nuevos espacios discursivos, empleando el cúmulo de saberes en una preponderante organización de las ideas, recursos instrumentales, lenguaje estilístico, imaginación, concentración , sentimiento, sensibilidad…

Es por eso que la Improvisación; a partir de este postulado es pieza musical que se ejecuta o se oye por única vez; obligando al improvisador a valerse de un marco organizador que posibilite al espectador captar la obra en un acto único. Este marco; muchas veces, se dispone según el etnocentrismo del grupo o civilización al cual se circunscribe la obra musical. Aunque también; podríamos hablar en este caso de Imperativos; tales como el improvisador utiliza un lenguaje conocido en mayor o en menor medida por su público y aunque este se encuentre libre de perseguir su propio estilo, es común que se cuide de no desconcertar en demasía a su público. De allí; la salvedad en cuanto a la música escrita, hoy camino hallando por la tecnología que nos permite re-editar la obra mediante el empleo de máquinas (un tema por debatir).

En África y Asia la improvisación ha sido la cuna de su música; en Europa, primó en la antigüedad y en la era Cristina. En la Edad Media, el Canto Gregoriano partía de las imprecisiones de los Neumas (cada uno de los signos de la antigua notación musical para el canto llano, usados a partir de S.IX; tenían diversas formas según el ritmo y la altura de los sonidos y a partir de ellos se formaron las notas musicales tal como las conocemos hoy en día.- Dicc.Lengua Española 2007)

Pero no en vano; el perfeccionamiento de la escritura musical y la propagación de la música polifónica a través de obras escritas, no han causado mella en el arte de improvisar. Hechos significantes; en la historia de la música, nos hablan de la gran admiración que causaban las improvisaciones de Beethoven, Bach, Mozart, entre otros y la música popular o música no escrita.

 

Es así; que arribamos a principios del Siglo pasado con un nuevo arte cimentado en la improvisación; “el JAZZ”.

Este estilo musical siembra su impronta en diversos estilos – géneros; que vendrían después y que inquebrantables al espíritu de libertad magnificado en la Música Popular Contemporánea, nos invita al desafío de la improvisación como expresión de libertad, de solidaridad, de integración y en una constante búsqueda de la fibra más íntima del Ser Humano…

 

 

 

“La Improvisación; acción sublime cuasi irrepetible, que busca como objeto a su fin y demanera espontánea… transmitir o comunicar una idea, concepto; desandar sentimientos vívidos que se conjugan inexorablemente entre la imaginación y la aplicación ecuánime de recursos, tras el dominio de la disciplina cultivada a solaz; en un perfecto control de entre las ideas y la consumación de lo transmitido…”

Carlos A. Negrini

carlos75can@hotmail.com

Resistencia – Chaco , República Argentina

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La música en la Tercera Edad

Como un ceremonial tributo a la vida,
obra póstuma de cual artista se eleva en el escenario;
el viejo pianista con la sapiencia de los años,
la emoción de un joven enamorado y la pureza de un niño;
repasa una y otra vez,
intrincadas melodías que invaden de emociones y plenitud al corazón…

Por Carlos A. Negrini

Resistencia - Chaco, República Argentina– Podría decirse; que existen infinidad de artículos referentes a la música, la educación musical y estudios de valor científico relacionados con los beneficios de la música; tanto para el oyente como para quien se involucra en la creación y ejecución, de tal manera que se puede atinar a un punto de inflexión, en cuanto a la percepción de la música como un medio eficaz para elaborar nuestra propia inventiva, a partir de la creatividad y la expresividad; asociadas al bienestar y desarrollo de las personas.

Me atrevo a referenciar que la música ha jugado un rol dispositivo en la historia de la humanidad, influyendo directa o indirectamente en la conducta social, en la economía, la identidad de los pueblos y el estado emocional de las personas, sea individual o colectivamente. Su aporte a la humanidad, es tan amplio y complejo como toda cuestión que se relaciona indudablemente con el espíritu superador del ser humano.La música nos acerca propiciando el intercambio y el entendimiento intercultural como valor intrínseco del desarrollo, la cooperación, la democracia y la solidaridad en la construcción de la paz.

En el campo de la observación, la ciencia no ha dejado de tener miramientos exhaustivos sobre la música. Los Papiros de Lahun, también llamados Papiros de Kahun (1500 AC), descubiertos por Sir William Matthew Flinders Petrie (Arqueólogo – Egiptólogo) en la ciudad de Kahum en el Lahun Egipcio en 1889, manifiestan la influencia de la música sobre el cuerpo humano. En ellos, se consideraba la utilización de la música como un elemento capaz de curar el cuerpo, calmar la mente, purificar el alma y hasta arrogar favorablemente sobre la fertilidad de la mujer.

Tiempo presente; nuevos estudios científicos nos hablan de la íntima relación benéfica de la Música y en particular de los elementos que la componen; como el ritmo, la melodía y la armonía para con el desarrollo cerebral; especialmente en aquellas personas que estudian música y en las que se demostraron mayores interconexiones neuronales, que en otras del tipo indiferentes a la música o que no estudian ningún instrumento musical.

 


 

“Definitivamente existe una biología de la música. La música, es biológicamente una parte de la vida humana tanto como lo artístico en si mismo es parte de la pasión humana”.
Dr. Mark Tramo, Escuela de Medicina de la Universidad de Harvard.

 

 

 

 

 

Evidenciando pues, que a partir de los recientes hallazgos realizados, de los cuales se destacan la Universidad Northwestern, El Dr. Gottfried Schlaug del Centro medico Israelí de la ciudad de Boston en EE.UU, el Instituto de neurología McGill de Montreal en Canadá y los aportes observados por la Musicoterapia en general, denotan que el entrenamiento musical intensivo, inclusive en etapa avanzada de la vida, podría potenciar el procesamiento mental de cualquier discurso y en consecuencia incrementar la capacidad de los adultos mayores para comunicarse en entornos acústico complejos o ruidosos.

El efecto de la música; ya basado en investigaciones a partir de la tercera edad, favorece en superar estados depresivos o de angustia. Por su parte, el estudio prolongado de la música mejora las habilidades del lenguaje, la memoria, la conducta o la inteligencia espacial, de allí el término de “Plasticidad” o plasticidad neuronal, también denominada neuroplasticidad; que refiere a la capacidad del cerebro humano de adaptarse y trazar nuevos estados de la mente. En consecuencia, se potencia la calidad de vida, compensando el deterioro lógico del ciclo de la vejez.

Cada vez que se escucha música; se libera una sustancia química en el cerebro denominada “Dopamina”, responsable de proporcionar una sensación de bienestar.

La expectativa de vida en la población mundial se ha incrementado considerablemente gracias a los cambios operados en la sociedad, cambios que potencian el incremento de adultos de la tercera edad y con él, un progresivo incremento de condiciones favorables; donde la demanda en materia ocupacional y académica, ha llevado a las instituciones a implementar programas de inclusión para este sector poblacional a fin de perseverar como parte activa del escenario social.

El desafío es de todos y aprender del ejemplo motivador de los adultos mayores, es aprender a Vivir.

“En síntesis, no hay duda de que la música puede colaborar y moldear considerablemente nuestros cerebros y la percepción de nuestro entorno espacial, solo es cuestión de vivenciarla en plenitud”.

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

Carlos A. Negrini

carlos75can@hotmail.com

Resistencia – Chaco , República Argentina

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+90 años de Jazz Argento…

Como a un tizón encendido; nuevos bríos vivifican el fuego del Jazz Argento. Una prolífera escena jazzística, incipiente, de valor estético y discursivo; se amalgama a partir de su propia idiosincrasia, para celebrar el derrotero jazzístico conforme el peso, de más de noventa años de historia.

El presente; se nutre de ávidos intérpretes, de melómanos, bohemios sofisticados, artistas, críticos y público en general. Es que el inconfundible Swing Feel del Buen Aire, trasciende la barrera del tiempo y soslaya indiferente las fronteras de la especulación.

Por Carlos Negrini

Resistencia – Chaco , República Argentina. - En los albores de la concepción del Jazz y tras su vertiginosa expansión por el mundo; un deliberado y exquisito capítulo se forjaría a partir de la década de 1920 en la República Argentina. A la sombra del Tango y muy a pesar de que los registros históricos o anecdotarios presentan un vacío documental; se puede inferir en que las impresiones del Jazz Afroamericano hicieron puerto en la ciudad de Buenos Aires. A partir de allí, retomarían su avanzada por las principales ciudades del territorio nacional, en complicidad con los medios de comunicación radial, como fueron en aquel entonces; “Síncopa y Ritmo” y “Jazz al Día”, (espacios dedicados al género Jazzístico), que mantuvieron en vilo a la audiencia de la época.

Otro elemento de rigor histórico que acompañó este proceso; fue el inicio del cine sonoro. Sin embargo; el fulgor de los salones de baile, los conciertos, el café concert y las grabaciones discográficas; llevaron a que los músicos de las orquestas de Tango (La Típica); repararan en dedicarle parte de su repertorio al género del Jazz; las Orquestas de Francisco Canaro, Roberto Firpo y Francisco Lomuto; los 15 Shimmies y el caso particular de los nueve Fox-Trots que grabó Carlos Gardel bajo la influencia de Brodway y el Musical norteamericano, como así también; las incursiones de Rosita Quiroga, Azucena Maizani, Libertad Lamarque y Mercedes Simone; entre muchos otros.

La primer Orquesta de Jazz argentina “Adolfo R. Avilés Jazz Band”, llevaba el nombre de su director (pianista y compositor); a las que siguieron «Los Santa Paula Serenaders», » René Cóspito», » Eduardo Armani», » Rudy Ayala», «Los Dixie Pal’s», entre otras tantas.


En 1933; se forma el primer conjunto vocal mixto » The Blackbirds», en 1938 se constituye el sexteto » Santa Anita» y en 1940; la Argentina, neutral frente al flagelo de la Segunda Guerra Mundial recibe a los » Mills Brothers», emblemático grupo vocal norteamericano.

El mismo año, tras un largo período de exilio, signado por una infancia pobre y marginal en su Chaco natal y tras deambular entre Brasil y Europa; retorna a la Argentina, el guitarrista Oscar Alemán, showman número uno de la noche parisina de los años treinta; considerado uno de los mejores exponentes de la guitarra jazz. Al año siguiente; brinda su primer Concierto de Jazz en el abarrotado Teatro Casino de Buenos Aires, junto a su Quinteto.

 

Promediando la década de 1950; otros cultores del Jazz fueron forjando su propia identidad y cultivando su buen nombre en la escena local e internacional. Tal es el caso de Lalo Schifrin (pianista – compositor - arreglador), quien fuera convocado por el trompetista Dizzy Gillespie como su pianista y arreglista. El maestro Water Malosetti (guitarrista – compositor - docente), que toma notoriedad en el circuito jazzístico argentino, integrando las más representativas orquestas de la década, como “Guardia Vieja Jazz Band”, “California Ramblers”, “The Georgians Jazz Band” y años más tarde la “Buenos Aires Big Band”, los cuartetos “Satch” y “Swing Club” entre otras.

Podría decirse que el anclaje de la era del Jazz estuvo suscrito por reductos de masiva concurrencia como el Bop Club, lugar en el que Don Astor Piazzolla, descubriría al guitarrista Horacio Malvicino (1954), con quien posteriormente recorrió el mundo integrando su octeto. En el Bop Club, acuñaron el avant-garde del BeBop a un lustro de su aparición en la calle 118 de Harlem (New York).

1960; sería la década más prolifera de la escena Jazzística y de una desbordante producción de arte en el país. Los músicos, hacían de su arte un sustento económico y espiritual; trabajaban en los diversos espacios que generaban la televisión, los teatros, las confiterías y trasnoches de la Calle Corrientes en la city, además; de las Radios y los Piringundines (bares de copeo y marinos), del bajo porteño. Las reuniones privadas, mediadas por particulares a las que llamaban “pizzas”, en su analogía con las Jam’s americanas; eventualmente contaban con alguna figura internacional que eventualmente estaría de gira por el país.

En esta década, se destacaron el pianista y compositor Enrique “Mono” Villegas, uno de los fundadores del Bop Club que a posterior, firmaría contrato con la discográfica norteamericana Columbia y de regreso en Buenos Aires traería todo lo aprendido en esa vasta experiencia. El saxofonista tenor, Leandro “Gato” Barbieri quien integro la orquesta de Lalo Schifrin y en Roma trabajaría con Jim Hall entre otras tantas figuras. Pero su valor compositivo se volcó hacia el latin jazz y músicas del tercer mundo. El clarinetista/ saxofonista, Horacio “Chivo” Barraro que se rodeo de jóvenes músicos como Fernando Gelbard, Alfredo Remus y Eduardo Casalla y muchos, a quienes conoció en las sesiones de improvisación que se realizaban en las casas particulares.

Empero; el Free Jazz, el Jazz Rock, la llegada de las dictaduras y la marcha de la bronca fueron parte de los anales de la historia sombría que siguió a este proceso y que tiñó de gris y sangre al pueblo argentino. Parte poco feliz de la historia pueblo.

En el presente; una generación inmersa en la era de la información y el intercambio; adopta e internaliza la impronta del Sentimiento puro del Jazz y lo hace propio en su concepción estilística y pragmática. Quienes fueron testigos de los sesentas, algunos sobreviven avocados al mainstream y repertorios de clásicos.

La nueva generación; busca afanosos reinventarse a sí mismos, confrontando laadversidad ante debilitados circuitos jazzísticos, cada vez más centralizados entorno a las grandes ciudades.

No en vano; el esfuerzo de muchos se vio fortalecido por una apreciación más positiva en la formación académica a través de tecnicaturas, certificaciones y experiencias tanto en el país como en el extranjero; en ellos se gesta la idea de producir nuevos discursos sonoros que investigan en la vorágine fundacional del Jazz, la forma de alcanzar la identidad de sí mismos.

En esta última apreciación del jazz local; se reivindica como una característica de valor (propios de nuestros días), aquellos músicos que fusionaron vertientes sonoras ajenas al Jazz y a partir de las mismas, se permitieron significar o re-significar nuevos elementos sonoros a fin de poder articular nuevos discursos sin que estos dejen de ser Jazz. El maestro Pepi Taveira, que incursiona a través de formas transicionales y reposa en las vertientes del folklore y la cultura africana.

El Quinteto Urbano, converge en el/ los elementos compositivos de la música popular Argentina y un repertorio original, donde la improvisación e interacción son desarrollados en profundidad, creando una mixtura muy peculiar de influencias.
Escalandrum; penetra en la férrea idea; de un grupo capaz de aportar al jazz contemporáneo el color de la música argentina con singular potencia de sus presentaciones en vivo.

Finalmente; el Jazz del Sur, se debate entre un abanico insospechado de ideas y de profunda introspección, para elevar su propia Voz de significaciones.

Carlos A. Negrini

carlos75can@hotmail.com

Resistencia – Chaco , República Argentina

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Bob Dylan, 50 años de su primera grabación

Bob Dylan, 50 años de su primera grabación.

 

Agencia RTV Noticias

por Ricardo Rodríguez…

Hace unos días me preguntaba un amigo qué hacía a Justin Bieber tan famoso, con tantas niñas desviviéndose por él, con tantas ventas de discos y tanta más gente criticándolo (principalmente los hombres).

XALAPA. Dic. 13, 2011 - La respuesta obviamente no la tengo, pero sí me parece que tiene mucho que ver la ausencia de héroes infantiles. Hannah Montana, Jonas Brothers, la camada High School Musical, emergieron, vendieron y cayeron en cuestión de instantes. Ellos como otros “artistas plásticos” (jaja no había notado ese juego de palabras) pueden tener carisma, atractivo visual, muy buena voz, dinero para adquirir productores-amigos-payola, e incluso alguno que otro sabrá tocar la guitarra o escribir algunas líneas.

Pero el resultado es generalmente el mismo: aparecen, se inflan, explotan y desaparecen.

Es evidente que si aparece un tipo solitario, feo, despeinado, con voz nada agraciada, ropa con más o menos los mismos adjetivos, no le apostemos un peso a su carrera.

Pero resulta que hace medio siglo, Robert Allen Zimmerman, un muchacho que contaba con 20 años de edad y una descripción similar a la anterior, grababa su primer disco, el primero para el sello Columbia Records que llevaría por título el nombre que hoy gran parte del mundo conoce: Bob Dylan.

La ejecución sencilla de guitarra, el acompañamiento de una armónica y una voz, digamos… particular, fueron sólo la parte musical de lo que el público conoció en ese entonces, una cantidad de letras e ideas tan fuertes, profundas y personales que lograban empatía con quien la escuchara.

Era la época del rock and roll y el folk sólo estaba en ferias del pueblo. Pero en la década de los 60, Dylan y algunos otros conceptos similares como Johnny Cash (Jackson, con su esposa June Carter ) o Joan Baez (aquí interpreta Blowin’ in the wind, de Dylan), las buenas letras adquirieron mucha importancia, principalmente en cuanto a mensajes antibélicos, en favor de las minorías o de los movimientos civiles.

Los años 60 no sólo fue la época del sexo tan libre como las drogas y los excesos, fue la época adolescente de nuestro mundo moderno y, por lo tanto, la música social y filosófica proveía de identidad a los jóvenes de entonces.

La música de Bob Dylan tenía gran peso literario, reconocía las tradiciones de ciertas sociedades de los Estados Unidos que se habían dejado de lado. El blues, góspel, country nutrían al rock and roll quitando la atención de los jóvenes hacia el folk. Pero Dylan no tenía necesidad de voltear hacia allá, simplemente era parte de eso, era parte de la música “no pop”.

En octubre de 1961, el productor John H. Hammond conoció a Bob Dylan tocando la armónica para la grabación del tercer álbum de Carolyn Hester. Sin dudarlo, Hammond le propuso su primer contrato para realizar un disco que incluyó sus composiciones Song to Woody (aquí con subtítulos) y Talkin’ New York, así como The house of the rising sun (de autor desconocido y cuya grabación más antigua data de 1934 por Gwen Foster y Clarence Ashley, quien la aprendió por su abuelo).

En general, el disco no fue bien recibido. Columbia quería terminar el contrato pero Hammond y Cash (firmado también con la disquera) le defendieron.

Para el segundo álbum, The Freewheelin ‘Bob Dylan, ya había mayor confianza en el cantautor, principalmente por los temas A hard rain’s a-gonna fall y Blowin’ in the Wind, esta última se convertiría en un himno, no sólo en reconocimiento al autor, sino a una generación que buscaba pelear pacíficamente para terminar la guerra, que no entendía por qué los líderes de sus países enfrentaban a jóvenes para solucionar sus conflictos y que lo único que encontraban coherente hacer era buscar la respuesta en el viento.

Ya en The times they are a-changin’, el tercer disco, las composiciones de Bob Dylan eran de tinte francamente político como Only a pawn in their game(Sólo un peón en su juego) o The lonesome death of Hattie Carroll (La solitaria muerte de [la mesera negra] Hattie Carroll).
La música de Bob Dylan ha sido desde entonces tan sincera que no tuvo reparo en cambiar su estilo. Seguramente él considera que cante lo que cante, si es honesto, tiene un estilo propio. Con esa idea llegóAnother side of Bob Dylan (Otro lado de Bob Dylan, 1964), con más humor que crítica y más romance que sarcasmo.

A algunos no les gustó este cambio, parecía que dejaba el folk a un lado para interesarse en el rock y pop, como la mayoría de sus contemporáneos. Todo se tambaleó cuando al año siguiente incluyó en el álbum Bringing it all back home instrumentos eléctricos. El disco tenía como bandera el rock and rollToo much monkey business, original de Chuck Berry (quien en esta versión toca con Keith Richards) y por la otra cara una canción totalmente folk, Mr. tambourine man.

Hasta ahí, el público se dividía de una forma inteligente. Algunos compraban el disco por el lado A, otros por el lado B. Pero cuando ambas audiencias se juntaron en el Newport Folk Festival y Dylan apareció con una banda eléctrica, se encontró con que sus seguidores de folk eran mayoría. Los abucheos e insultos competían con los amplificadores y la necedad del cantante por seguir con su presentación. Al final, Bob siguió tocando pero con un repertorio más corto que lo esperado.

El cambio de estilo fue tan espontáneo que el autor sólo pudo refugiarse en sí mismo, sin preocuparse mucho por los fans, pero sí preguntando abiertamente a sus amigos dónde quedaron, con el tema Positively 4th Street (“Tienes mucha cara para decir que eres mi amigo. Cuando yo estaba deprimido, tú estabas por ahí riéndote”).

Pero en julio de 1965, con el lanzamiento del sencillo Like a rolling stone, regresó su público, el aplauso, las altas ventas (los amigos) y la polémica, pues la duración del tema rebasó los seis minutos, tiempo risible para una canción de la época, pues se esperaba que un éxito fuera fácil de cantar y recordar en menos de tres minutos. Like a rolling Stone, sea con Dylan u otro intérprete, tiene un claro sonido folk, la letra es folk, es nuevamente una protesta al mundo acostumbrado a ignorar… pero también incluía el sonido de una banda completa y eléctrica. Su gente se comenzaba a reconciliar.

Los conciertos se intentaron solucionar de forma similar al disco anterior, se dividieron en dos partes, la primera con un Dylan interpretando solitario en el escenario el material de sus inicios; en la segunda parte era acompañado por una banda eléctrica.

Pero no fue suficiente. En Inglaterra, al final del último concierto de una gira por Australia y Europa, una persona del público gritó a Dylan “¡Judas!”. El músico se acercó al micrófono: “No te creo. Eres un mentiroso”, luego se dirigió a la banda y les ordenó subir de volumen para interpretar la última canción de la noche, Like a rolling Stone.

Salvo ocho años de retiro entre 1966 y 1972, a causa de un accidente de motocicleta (que algunos afirman, no existió), Bob Dylan no ha parado. Ha tenido etapas de mayor y menor producción y ventas, pero sus conciertos en todo el mundo se siguen llenando.

Quizá ya no es tan desaliñado como al principio, su ropa es de mejor calidad, su voz sigue siendo igual de nasal y áspera, quizá se siente ahora más solitario que en su juventud y seguramente ahora eso le importa menos. Pero hoy por hoy, no existe alguien con el tamaño de Bob Dylan, excepto Robert Allen Zimmerman.

Por eso hoy lo recordamos a 50 años que comenzó su primer disco. ¿Será que podamos hacer lo mismo con Justin Bieber?

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